De manera previa al detalle de nuestra propuesta sobre los procedimientos de evaluación a llevar a cabo en el proyecto, hacemos un llamamiento a la dignificación de la profesión docente haciendo nuestras las palabras de José Gimeno Sacristán cuando dice que "mientras evaluamos no enseñamos" situando los objetivos de la evaluación por encima de los propios objetivos educativos. La evaluación de una forma equilibrada en el lugar que le corresponde dentro de los procesos de enseñanza y aprendizaje.
En la evaluación de los procesos de enseñanza-aprendizaje, lo exigido al alumnado acaba concretando lo que nos importa más conseguir y, así, en las políticas educativas nos pasaría lo mismo: que acaban reduciendo la educación a lo que exigen en la evaluación del sistema. La evaluación se convierte de esa forma en la manera directa de intervenir en la mejora de la calidad y, de paso, hace de ella el instrumento para hacer política educativa. Las razones para evaluar parecen agotar lo que son las razones para educar. Esta es una de las explicaciones del auge de las evaluaciones externas: suplen a otras políticas de control del conocimiento (del currículo), de la innovación y de la formación del profesorado, al convertirse en toda una pedagogía.
José Gimeno Sacristán
Información sacada del recurso "Somos escritores... ¡por primera vez!" (CC-BY-SA)
Esta es una propuesta, pero entendemos que las maneras de evaluarlo podrían ser variadas. En este caso indicamos tres herramientas o estrategias que se complementan y a través de las cuales podremos objetivar la evolución del aprendizaje llevado a cabo. Entendemos fundamental la evaluación continua como preventiva de fracaso, ya que nos permitirá adaptar las tareas a cada niña y niño para que todos ellos puedan desarrollarlas de la mejor forma posible.
En primer lugar se propone llevar a cabo un diario de clase por parte de la persona docente. Un registro observacional cualitativo del desempeño del alumnado en las distintas tareas. Con esto no estamos proponiendo registrar absolutamente todo lo que pasa, pero si algunas observaciones que ilustren cual es el proceder del alumnado.
En segundo lugar ofrecemos dos rúbricas de las dos partes más objetivables de manera individual. La fase de investigación y la de diseño del monográfico, que incluye la categorización, cohesión y procesado de la información textual y la búsqueda de imágenes. Sería muy interesante proporcionar y explicar previamente estas rúbricas al alumnado con la finalidad de guiar su trabajo.
- Modelo de rúbrica para la evaluación de la fase de investigación
-
- Modelo de rúbrica para la fase de diseño del monográfico
-
Por último se propone una entrevista oral grupal que servirá tanto de evaluación del alumnado como del propio proyecto. La conversación, que será oral y grupal, versará sobre todo lo abordado en el proyecto, tanto a nivel de contenido como de proceso. Registrar y sistematizar la parte del proceso será además una buena herramienta para ayudar a tomar conciencia al alumnado de las fases seguidas y de los aspectos a tener en cuenta en cada una de ellas.